lunes, 15 de febrero de 2010
Prólogo
Las montañas se sucedían en aquel lugar. Montañas verdes, cubiertas de vegetación, cuyas cimas tenían algo de nieve. Un río de aguas frías y cristalinas nacía desde alguna de ellas y bajaba cruzando un gran valle. Al lado del río se había construido -quién sabe cuánto hace desde eso- un pequeño embarcadero de madera, que ahora servía de asiento a los jóvenes aldeanos que allí se encontraban. Dos chicos, hermanos, por el alto grado de similitud entre ellos, que vestían ambos con una camisa blanca ancha, sin botones ni cuello, y bastante arrugada. El mayor, que parecía tener unos veinte años, aparte de la camisa, llevaba una chaqueta gris encima que ocultaba unos tirantes que se había quitado, probablemente nada más salir de su casa; llevaba también unos pantalones oscuros y un gorro marrón. Su hermano de unos dieciséis llevaba encima de la camisa un chaleco claro, unos pantalones beiges y una especie de boina gris. El pequeño tenía los pies dentro del agua y jugaba con una cuerda atada a un pequeño barco, mientras su hermano sostenía una rama de un árbol. De repente, el pequeño giró su cabeza hacía la orilla oeste del río, donde desde siempre se habían acumulado muchas rocas, pero esta vez, en una roca, en una gran roca, había algo. Avisó a su hermano y rápidamente se dirigieron hacía la orilla señalada, donde una mujer estaba tirada sobre dicha roca. Pero no era una mujer cualquiera, desde lejos podían ver su pelo rubio y corto, y su vestido blanco con encajes, pero sobre todo podían verse dos grandes alas que nacían desde su espalda y se extendían cerca de un metro. Cuando llegaron hasta ella vieron como apenas podía respirar, estaba fría como el hielo, su piel era blanca como la nieve y tenía los párpados cerrados, aunque ríos de sangre nacían de sus ojos. El pequeño enseguida buscó por los alrededores un trozo de tela para taparle los ojos, aunque no ocultara la sangre que recorría su rostro. El mayor ató con unas cuerdas unas ramas de árbol lo suficientemente fuertes como para poder soportar el peso de la mujer. La subieron a la improvisada camilla, y ella se agarró como pudo a los dos troncos principales, los que eran más largos y más gruesos. Con cuidado los hermanos cargaron con ella. Atravesaron todo el valle, hasta llegar a su pequeña villa. Llegaron a un puente que aunque pareciera extraño, tenía un techo de madera, ya que aquel puente construido hacia algunos años era el lugar de encuentro de los pueblerinos. En ese momento los chicos lo cruzaron cargados con aquella maravillosa criatura, mientras todas las personas allí presentes, la mayoría ancianos, los miraban con miedo, extrañados, los chicos hicieron caso omiso a aquellas miradas y se dirigieron hasta su pequeña casa de madera. El mayor se quedó vigilando la puerta mientras el pequeño cargaba con ella hasta su habitación, donde la sentó en la cama. Tocó su hombro y para su sorpresa la chica respiró profundamente, lo que hizo que el pequeño se asustara. Con cuidado, levantó su mentón para ver mejor su cara. Aunque no pudiese ver sus ojos era la mujer más guapa que había visto en su vida, una gota de sangre cayó por su mejilla justo en la mano del chico que cerró el puño. Justo en ese instante, alguien echó la puerta abajo, un hombre se lo llevó de la habitación, mientras él intentaba deshacerse de las garras de su opresor y mientras el ángel movía las manos y gritaba en busca de su rescatador. Pero ya era demasiado tarde para ella. Una vez los hermanos fueron sacados de la casa por un grupo de aldeanos furiosos, otros que portaban antorchas prendieron fuego a la casa, que al ser de madera no tardó mucho en convertirse en más que ceniza, mientras los dos hermanos lloraban, el pequeño miró hacia arriba, y fue cuando vio como el alma de aquel ángel, volvía a subir al cielo.
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2 comentarios:
Lo he leido en varias ocasiones, pero me sigue gustando igual^^
Me encanta compartir la escritura contigo. Creo que hay pocas personas que la aprecien tanto como tú...
Alice se hace tu mas humilde fan!
Love youuu! (L)
hola!!!!! me alegro que ahora sigas mi blog, y de tu historia me encantooooo es muy bonita, pobre angel :( que mala onda, pero bueno visitaré tu blog para poder ver q sucede.... nos vemos pronto eh???
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